8. abr., 2022

Los sublimes viajan a Madrid

A veces hay que sacudirse el miedo y avanzar. A lo largo de mi vida no he dudado en hacerlo y me he sentido decidida. Como escritora, confieso que dudo, que me muevo como si caminara por terrenos ajenos. Esta vez me marqué el reto de salir de la zona de confort que me rodea y viajar más lejos. Hablé con los sublimes y estuvieron de acuerdo. Hicimos una maleta en la que cupieron todos y pusimos rumbo a la librería Capitán Letras, en Madrid. Qué fácil es todo cuando te encuentras con gente amable, generosa y sencilla. El escritor Alberto Caliani tuvo que ausentarse a última hora por motivos de salud, pero se esmeró para dejarme en las mejores manos y nos acompañó el editor Ezequiel Teodoro. La sala se llenó y hablamos de la vejez, de la inmigración, del apego materno, de tramas, de secretos, y leímos para regalar a los asistentes algunos de los párrafos. Bernarda no pudo callarse y quiso darse a conocer.

Fue una tarde de lectura, de literatura, de experiencias y de un esfuerzo reconocido. No puedo sentirme más satisfecha por la generosidad que he recibido en toda esta experiencia. Gracias por arropar a los sublimes.

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