28. ene., 2022
Conocí esta autora, nacida a Jerez de la Frontera, licenciada en Lenguas Clásicas y doctora en Ciencias de la Educación, gracias a la publicación de su primera novela, La boca de los cien besos, en la editorial Caligrama, la misma que ahora le publica La inocencia de los sublimes.
Cogí el libro con mucho interés por la buena impresión que me hizo el anterior y no me ha decepcionado. Era un momento difícil para la lectura puesto que acababa de leer una novela de aquellas que te satisfacen plenamente pero que suelen obstaculizar la lectura de la siguiente por el buen regusto que deja.
La novela de Tula Fernández está dividida en cuarenta y ocho capítulos y un epílogo. Cada capítulo va precedido por el lugar, la fecha y, a veces, el nombre del personaje que se nos da a conocer o es el principal actor de la trama en ese apartado. Yo entiendo que es una ayuda muy grande para la lectura, dado que la historia empieza en Oviedo, pasa por Madrid y se va a Apóstoles, en la provincia de Misiones. Sospecho que la autora lo ha querido así porque tiene ganas de gustar, de conectar con la gente que la lee y acompañarla en esta historia rebosante de personajes muy bien creados. Por lo que he leído sobre Tula Fernández, y lo que le he leído a ella misma en las redes sociales, concluyo que es una persona muy trabajadora y con una gran voluntad de crecer literariamente. Le he notado unas grandes mejoras de la primera novela a esta, por ejemplo, en los diálogos: ahora son mucho más precisos.
La inocencia de los sublimes empieza como una novela policíaca claramente y, a pesar de que no lo parezca en algunas partes a causa de los giros argumentales, continúa siéndolo hasta el final. Me resulta muy difícil hacer un resumen sin revelar algún aspecto de la trama o de los personajes. Sí puedo decir que quien habéis leído El espíritu del tiempo, de Martí Domínguez, encontraréis en los experimentos clínicos alguna similitud. También os puedo confesar que he encontrado que muchos de los nombres de los personajes están puestos con mucho sentido del humor, como el de la prostituta (Bernarda) o el del malo (Adolf).
Es una novela que contiene muchos temas: investigaciones clínicas, relaciones familiares y de pareja, la vejez activa, la colaboración vecinal, la lealtad profesional, la supervivencia en la soledad...
Un libro agradable, entretenido y muy bien escrito, de una autora a quien tenemos que seguir y acompañarla en su crecimiento literario. No sé qué novela podré coger ahora!
Salut!
Dolors Jimeno