17. oct., 2021

DÍA DE LA MUJER ESCRITORA

El pasado viernes tuve el honor de ser invitada para celebrar el día de la mujer escritora en el IES Luis de Camoens. Un grupo de alumnos y alumnas de 4º ESO y 1º de Bachillerato me acompañaron mientras yo les describía mi evolución personal hacia la escritura. Hablamos de los talentos con los que nacemos y la búsqueda personal que nos requiere no sólo encontrarnos con ellos, sino reconocerlos, asumirlos y trabajarlos. Es lo que me sucedió a mi misma con la escritura. No fue suficiente tener el talento de conjugar bien las palabras, de provocar emociones cuando me movía entre ellas, de escuchar a mi alrededor que escribía bien. Tuve que evolucionar como persona para descubrir la creatividad que había en mi. Y tampoco esto fue suficiente. Me impidió comenzar antes el enorme respeto que le tengo a la literatura, a los autores que he leído y a las historias que me han acompañado en la vida. Todos tenemos capacidades, talentos, virtudes preciosas que habitan en nosotros de manera perceptible unas veces, ocultas muchas otras. Hay que ser pacientes y estar preparados para explorarlas, para reconocernos en ese talento y crecer como individuos a través de esa virtud, de esa capacidad.

Entre el grupo de adolescentes que tenía frente a mi, habría, sin lugar a dudas, alguien que escribe a escondidas, alguien que se refugia en un diario, alguien que se emociona con un libro, alguien que es artista y no lo sabe. Confío en haber tocado, rozado al menos, su alma creativa para despertarla.

En cuanto a mi, ¿He comenzado tarde? No lo sé. Lo que sí sé es que debemos abordar las tareas que nos pone la vida por delante con honestidad, y la honestidad para enfretarnos a cualquier labor o trabajo que realicemos la proporciona el conocimiento y la experiencia. Llegué a la escritura cuando me sentí madura para hacerlo. Con humildad, tiempo y respeto. A partir de ahí, que las musas me compañen.

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