Hay premios y premios. Doblemente satisfecha por este. He quedado muy impresionada por la calidad humana de las personas que trabajan en la Asociación de la Comisiñon de la Verdad. Gracias. " Que la tierra no borre mi nombre"
Ayer celebramos la presentación de “La inocencia de los sublimes” en la Casa de las Conchas en Salamanca. No he errado en el verbo. Escribo a conciencia el verbo celebrar, pues así lo sentí. Hay lugares cuya sola pronunciación rezuman autoridad, escenarios de cultura que perduran incuestionables. Uno de ellos es, sin duda, la Biblioteca de la Casa de las Conchas. La presencia de su directora, Nona Domínguez, es un faro. Su labor es un canto de amor a la palabra escrita. Como buena bibliotecaria, se dedica a dirigir la eterna danza entre los lectores y los libros.
No acudí a la cita sola. Estuve acompañada de mujeres. A mi derecha me acompañaba Lola Fidalgo, en representación de la asociación “El Legado de las Mujeres”, cuyo esfuerzo va dirigido a rescatar del olvido los nombres y las contribuciones de mujeres pertenecientes a diferentes ámbitos. Dicho así parecen una asociación más de las que dedican su esfuerzo cotidiano a una causa justa, sin embargo son mucho más que eso. De ser dibujadas, habría que emplear con ellas los tonos más vivos y atrevidos, pues unidas conforman una amalgama de energía pura y magnetismo irresistible. El “Legado de las Mujeres” es una valiosa herramienta de creación y protección. Les animo a que conozcan más sobre ellas a través de su página web: https://www.legadodelasmujeres.es/- Aprenderán mucho de este grupo de pioneras en la reivindicación de figuras femeninas. Compartir con ellas ha sido una experiencia riquísima y me ha servido como recordatorio de la belleza y la grandeza que reside en la unión femenina.
Al otro lado de la mesa, guiándome, enseñándome, arropándome, estaba la escritora Celia Corral Cañas. Doctora en Lengua y Literatura, Profesora asociada en la Universidad de Salamanca, autora de “Contamos todas” o “También la incertidumbre entre nosotros” entre otras obras y premiada en un gran número de certámenes literarios. Lola, Celia y yo hablamos de la soledad, de la supervivencia del individuo, de la redención, del poder del arte y la ciencia, de la vejez y de muchos otros temas que fuimos desgranando sobre “La inocencia de los sublimes”. De las tres, Celia fue la más sabia, Lola la más apasionada y yo la más afortunada.
Fue y será una velada literaria inolvidable, una celebración, un viaje de ida y vuelta que deja entrever nuevos encuentros. Gracias por tanta generosidad.
MI ÚLTIMA NOVELA
"CINCO CARTAS PORTUGUESAS" YA NAVEGA SOLA.
Fortuna audentes iuvat
Soy Tula Fernández.
Escribo como acto de felicidad.
Antes de escribir fui solo lectora, tuve experiencias, viajé, fui feliz y también sufrí, soñé, vacilé, hasta que una tarde mis manos y mi cabeza me anunciaron que ya estaba preparada para escribir.
contacto@tulafernandez.es